1. Acorta un poco el tacón
Si estás dispuesta a sacrificar un poquito de altura por la oportunidad de caminar con soltura, te recomendamos la posibilidad de acortar un poco el tacón. Por unos 15 euros las zapaterías especializadas pueden cortar una porción de la punta. Más allá de eso te haría notar la diferencia al caminar
.
2. Usa plantillas de gel
Las plantillas de gel resuelven muchos problemas derivados del uso de tacones. Por una parte previenen que los dedos se contraigan y de ese modo evitan las ampollas. Busca plantillas para tacones con la forma del arco del pie que alivian la presión que se ejerce en ese lugar. Si tus dedos constantemente se deslizan a la parte delantera de tu calzado puedes comprar almohadillas diseñadas especialmente para afirmar tu pie.
3. Cambia tu forma de caminar
Algunas de las reglas que usa son: recuerda que no estás en ropa deportiva y que tu postura es esencial para agregarle fluidez a tu caminar. La forma correcta requiere que tengas la columna y la cabeza rectas, como si pendieras de una cuerda. Al caminar usa tus caderas para desplazar y elevar tus piernas hacia el centro con cada paso que das.
Tus pasos deben sentirse como un balanceo ligero, cambiar tu forma de andar le ayudará a tu cuerpo a reajustar el centro de gravedad de tu cuerpo y encontrar equilibrio. No vas a sentir que caminas sobre nubes pero al menos te ayudará a soportar mejor los tacones.
4. Tómate descansos de modo regular
Recomendamos no usar tacones más de dos días seguidos con al menos un día de descanso entremedio. Si quieres seguir caminando a 15 cm del suelo debes darle tiempo a tus pies para que se recuperen
5. Compra zapatos con correas y hebillas
¿Has notado lo molesto que es que se te deslice el pie de tu calzado apenas lo levantas del suelo? O peor aún, tienes que andar arrastrando los pies para que no se te salgan los zapatos. El calzado con correas para atar o con hebillas sobre el tobillo es una gran solución. Las correas ajustables te permiten controlar la hinchazón.
6. Usa “piel de topo”
También conocida como “segunda piel”, no es cuero del animal (afortunadamente) sino que franela de algodón suave con forro adhesivo. Se vende en láminas y la puedes encontrar en la mayoría de las farmacias o pedirla a medida para tus pies. Se amolda a tus pies mejor que los vendajes y a diferencia de estos no se saldrá.
7. Estira tus zapatos
Recomendamos comprar siempre media talla más de la que uses y aconsejamos comprar zapatos al final del día cuando los pies están hinchados por la actividad diaria. La idea es tener cierto margen de maniobra, lo que eventualmente nos entregará más confort.
Ahora, si ya tienes zapatos muy apretados, te quedan un par de opciones. Puedes llevarlos a un zapatero para que los estire o puedes comprar un estirador de zapatos con tacos lo que también alarga el tiempo de vida del calzado.
8. Escoge una forma que brinde un confort óptimo
Es increíble cuanto afecta la forma del zapato a tu comodidad. Por ejemplo, las plataformas reducen la distancia entre los extremos de tu propio pie, lo que hace que tu arco no se sobre-exija. Esto es especialmente bueno cuando estás imponiéndote con al menos 10 cm de altura extra. Además, las puntas redondeadas son infinitamente más cómodas y mucho mejores para tus pies porque le permite a tus dedos no estar apretados ni doblados. Sin embargo, los zapatos con punta aguda pueden ser usados. Esto, siempre y cuando se angosten sin apretar a los dedos o, en otras palabras, que la punta esté mucho más allá que donde los dedos terminan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario